BIBLIOTECA DIGITAL / RODOLFO ROSENDE

Un Derby que paralizó al país

31-10-2025

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La temporada 1978 guarda una semejanza llamativa entre la hípica argentina y la norteamericana. Porque fue el último año en el que un ejemplar se calzó en estas pampas la Cuádruple Corona, ganando previamente la Polla y el Jockey Club para rematar a la postre ante los adultos en el Gran Premio Carlos Pellegrini.

 

Y fue también el ulterior, durante mucho tiempo, de un Triple Coronado en el Turf estadounidense, cuando Affirmed (USA), responsable para muchos observadores de devolver a las masas a los hipódromos gracias a su imán de animal diferente, unía el Kentucky Derby, el Preakness Stakes y el Belmont Stakes para abrir un compás de espera plagado de llamativos infortunios en uno de los tres pases de las disputas siguientes, un extenso paréntesis quebrado recién en 2005 –casi tres décadas después…- por el recordado American Pharoah (USA), poniéndole fin a esa suerte de maleficio que se había apoderado de la “Triple Crown”. Por acá, Telescópico bajó las persianas en 1978, se convirtió en el décimo Cuádruple Coronado de nuestra historia, y nunca más pudieron emularlo.

 

Recordar el Gran Premio Nacional del domingo 1º de octubre de 1978 en la arena normal del Hipódromo de Palermo es regresar a un escenario desbordado de aficionados en plena dictadura militar; a las charlas de café, taxi, subte, tren o micro relativas a las carreras de caballos, y a la amigable masividad de una cultura burrera que diversos factores fueron reduciendo, con el correr del tiempo, a mínimas expresiones de conocimiento genuino y catedrático sobre la materia.

 

Esa tarde, el hijo de Table Play (USA) (Round Table) y Filipina, por Fomento en Rosa Roja, por Rustom Pasha (GB), llegaba con toda la responsabilidad de justificado favorito tras doblegar en la Polla de Potrillos (1600 metros) por 1 cuerpo a Botón, y superar, siempre en el Argentino, por ½ largo al mismo adversario en el primer Gran Premio Jockey Club (2200 m.) estructurado como Grupo 1 en la escala internacional.

 

El reservado del Haras Don Yeye, orgullo de Villa Ruiz y San Andrés de Giles, era atendido por el “Mago” Juan Esteban Bianchi, mostraba un estado resplandeciente y en sus ejercicios había llenado los ojos de los cronometristas: tremenda corrida formal de 2’46” para los 2500 en la 4ª pesada de San Isidro, con 2’11” para los 2000 ulteriores y amplio dominio sobre Nicodeme en los 1800 finales descontados en 1’58”; 1000 en 1’2”2/5 en la 4ª, con Marina Lezcano guardándole rollo; y un medio correr de 52”2/5, en partida de salud, el viernes previo al cotejo en idéntica cancha.

 

Pista Normal con viento en contra, el Derby ubicado en el séptimo turno de un programa de once cotejos en jornada donde el tope de 2.275.143.550 pesos establecería una plusmarca de betting. El plebiscito de $ 1175 para Telescópico, producto de 190.719 boletos a ganador en un total de 658.411, señalaba un nuevo récord nacional apostado a un SPC, archivando los 139.822 depositados el 3 de septiembre de igual año a Renovador; y sus 8.836 placés también dejaban en el olvido los 5.385 fichados a Renovador.

 

Con una hora de atraso el Starter liberó las gateras, y al pasar por primera vez frente al disco, la potranca Seed rompía la paridad de los primeros tramos para adueñarse de la vanguardia, seguida al encarar la curva por Telescópico, Vituperante, Habanico y Botón.

 

Al enfilar el derecho opuesto, Vituperante desalojó de la punta a Seed, con Telescópico tercereando expectante por encima de Botón, Habanico y Trabuco, éste accionando a media cancha. En la demarcatoria de la milla, Vituperante marcaba el rumbo de firme, con Seed a 2 cuerpos, sucediéndose posteriormente Telescópico, Trabuco, Botón, Habanico y Renovador en lote de trece rivales que sólo había sufrido la anunciada ausencia de Marroquí.

 

Desde los 1300, Seed presionó a Vituperante, recuperando la cuerda en el poste de los 1100, mientras Telescópico y Trabuco igualaban al promediar el codo final a Vituperante, Habanico se aproximaba abierto y Botón progresaba al abrigo de las tablas.

 

Seed, con los colores del Palermo, imprimió velocidad al girar y pisó la recta en ganancia, aventajando allí a Vituperante y Telescópico, que enseguida, al estímulo de Marina, buscó a la titular de los Grandes Premios de Potrancas y Selección; detrás suyo, Botón atropellaba por dentro, imitado a falta de tres cuadras por los avances exteriores de Trabuco y Habanico.

 

Seed le ofrecía resistencia a Telescópico, a la puja se agregaban Botón y Habanico, al
tiempo que Trabuco padecía una grave encerrona al intentar mandarse sin hallar paso entre Telescópico y Habanico, siendo sujetado violentamente por Víctor Centeno.

 

Exigido por Carlos Pezoa, Habanico le sacaba el pescuezo con el envión a Telescópico, y a 150 metros de la meta ilusionó a sus apostadores, pero el campeón desplegó su calidad en los cien definitorios para volver por dentro y triunfar por ½ cuerpo en brillantes 2’34”3/5, con 13” exactos de remate, desatando la algarabía de las tribunas; el escolta, al regresar al pesaje, acusaba una herida cortante en el nudo de la pata izquierda, causada en el citado encontronazo con el vencedor y Trabuco. A 2½, mascando bronca, arribó un Trabuco que para el “Chato” Centeno definía a morir sin el apuntado inconveniente, luego Botón y la valiente Seed abrazados a él, y a posteriori Leonante, Excelsior, Bulliante, Reball, Vituperante, Empedernido, Sinful y Renovador completando el orden de llegada.

 

Era la cuarta conquista en 7 intervenciones para Telescópico. La grey tenía un ídolo, las tapas de todos los periódicos lucían el lunes 2 su nombre a letras grandes, y el Pellegrini de ese calendario en la alfombra dorada Libertador y Dorrego terminaría de elevarlo al pedestal de Crack del Año al echarle 18 cuerpos Serxens con lujoso desplazamiento para los 3000 metros de recorrido.

 

Después sobrevendría el traslado a Europa en 1979, al escuadrón de Mahmoud Fustok preparado por el trainer Maurice Zilber en Chantilly. Su incomodidad con las condiciones meteorológicas y el agua de París. Un 5º entre siete a 6 largos de los colosos Troy (GB), Gay Mécène (USA) y Ela-Mana-Mou (IRE) en el King George VI and Queen Elizabeth Stakes-G1 (2400 metros) de Ascot. La victoria sobre Rayaniy (IRE) en el Prix de Saint-Lauren (2400 m.), y otra a expensas de Nachtitoches (IRE) en el Prix Filibert de Savoie (2400 m.), ambas en la grama de Maisons-Laffitte. En el medio, el NP a tiro de cañón en el Prix de l’Arc de Triomphe-G1 (2400 m.) de Longchamps obtenido por Three Troikas (FR). Trascartón, el viaje a Italia para clasificar 2º a 1½ de Noble Saint (USA) (Vaguely Noble) en 3’22” para el Gran Premio di Roma-G1 (2800 m.) sobre el césped pesado de Le Cappanelle, allí con la blusa del Agro Pecuária Inshalla Ltda. La negativa del “Mago” Bianchi al ser invitado a cuidarlo del otro lado del Atlántico. El halago del 25 de mayo de 1980 en el Prix de Savigny (2800 m.) al batir por 3 cuerpos a Himself it Is (IRE) en 2’59”40/100. Y el retorno a su terruño natal en el meridiano de 1980 por no terminar de adaptarse al Viejo Continente. Por cierto, extrañaba el aire estulero de San Isidro, la mano de seda de su jocketta, el arte de su compositor.

 

Entonces los burreros del Río de La Plata volvieron a ovacionar al último Cuádruple Coronado, victorioso en los 2500 metros del Clásico José P. Ramírez al efectuar la rentrée local. Al zaino colorado cuyo secreto fue descubierto por su amazona una prueba antes de la Polla, tras dos derrotas al mando de Jorge Valdivieso: “no le gusta la fusta, ese es el único misterio, no hay que pegarle”, le dijo una muy convencida Marina a su mítico entrenador.

 

Lo demás integra las mejores páginas turfísticas del país. Porque al margen de claudicar en el dramático Pellegrini de Regidor y Mountdrago, su adiós a las lides, el propio hermano de Taba, Telefónico y Telescópica fue un verdadero un fuera de serie.